Cuatro reglas de oro para tu marca personal

Una de mis fotos favoritas https://fashionstorytellers.wordpress.com/2013/12/18/the-world-of-rome/

Tengo la cabeza bajo las vigas de madera que sostienen el tejado de la casa. Suena jazz de fondo y tengo el ordenador sobre una mesa de dibujo. Estoy rodeado de historia centenaria que nunca ha sido escrita, pero transmitida oralmente entre generaciones.

Hay una edición de El Quijote de antes de la Guerra Civil, a escasos metros del ratón, que lleva el nombre de mi abuelo escrito a bolígrafo.

Desde hace tiempo, tengo muy presente que, en unos años, sólo nos quedará la marca personal. Ese término abstracto con el que se llenan la boca muchos para vendernos un seminario. Quizá por eso haga tanto hincapié en algunas cosas.

En el pasado, creábamos mitos de celebridades a partir de fotografías, entrevistas y rumores, sin contar con su obra -si es que había alguna-. Hoy es diferente. El abanico de información es más amplio y las cantidades que consumimos de ésta son mayores. Por tanto, no queda otra que repetir. Una y otra vez. Hasta que cale el mensaje.

Los años no pasan en balde y noto como muchas personas (con grandes ambiciones respecto a sus carreras) gestionan los perfiles sociales sin ningún tipo de finalidad: el cortoplacismo vence a la recompensa a largo plazo, y los disfraces cambian constantemente, en función de la dirección del aire que sopla, provocando que también se transforme el discurso.

Esto es una incongruencia que demuestra a la audiencia que no tenemos ninguna autenticidad (aunque creamos lo contrario).

Al acerme preguntas cómo: ¿Cuál es el mundo que les rodea? ¿Cómo es? ¿Y los detalles? No existe una historia detrás, ni una narrativa congruente.

La autenticidad será lo único que nos diferencie en unos años ya que, al igual que hoy viajar en avión a otro país, es tan accesible como ir al cine; hacerse la foto en esos lugares de ensueño, también lo será. Para entonces, nos resultará aburrido.

Es totalmente normal que soñemos con parecernos (en algún momento) a alguna de nuestras referencias. Ya sea por admiración o por su modo de vida (ése que flota en nuestra imaginación). A mí me ha pasado. Pero la red es diferente y no suele perdonar.

No obstante, estamos de suerte. Generar una marca personal (tecleando estas palabras, me siento como un conferenciante barato en un auditorio) requiere más de consciencia y consistencia que de singularidad.

Por supuesto, esto es lo que me funciona a mí y lo que personalmente recomiendo hacer, tomar o adaptar, pero cada cual es libre de hacer lo que le venga en gana. Simplemente, con aplicar los siguientes mandamientos, no resultará complicado tener una marca personal poderosa.

La primera regla: mostrar, no contar. Tal y como se ruega en las novelas de misterio, muestra, pero no cuentes lo que haces o vas a hacer. No hay nada peor que alguien diciendo que va a hacer [insertar aquí la cruzada/aventura en cuestión] y que eso se quede en el camino. Los charlatanes tienen corto recorrido. La épica requiere de victorias o fracasos. Generar misterio, intriga. Dejar que los hechos hablen, que la erótica de lo imposible despierte deseos (ya sean buenos o males) y que después nos pregunten.

La segunda regla: sé firme con tus valores. Quizá la regla más importante. Que sí, que la gente cambia, como también el color de los árboles en primavera, pero los perfiles sociales se parecen más a una valla publicitaria que a la vida real. Nuestra relación con las imágenes es diferente a la que tenemos con las personas. Y punto.

Por eso, no te molestes en seguir las modas, porque llegarás tarde, ni tampoco a quien es tendencia hoy, porque mañana será agua pasada. Imagina con ambición, piensa cómo te verían en décadas.

Así que agarra tres valores que quieras transmitir (que sean importantes para ti, para tu mundo) y repítelos hasta la saciedad. Imágenes, textos, citas de otros, canciones, momentos. Las posibilidades son infinitas. Tres es un número redondo para comenzar sin perder la cabeza. Si usas un filtro para las fotos, usa siempre el mismo. No mezcles géneros musicales constantemente, sólo por subirte al carro de la moda. Define tu baraja antes de sentarme frente al tapete.

Foto de Craig de londonist.com

Recuerda: ¿cuántas personas han pedido un Dry Martini para sentirse James Bond por un minuto?

La tercera regla: deja hueco para el postre. Ser consistente es importante para que el mensaje ahonde, pero no lo muestres todo. Deja una puerta entre tu verdadero yo y la imagen que proyectas. Marca ciertos límites, invita a que se pregunten que hay detrás, cuando crean haberlo visto todo ya sobre ti… y sorprende. Guarda siempre uno de esos pases VIP que todo el mundo quiere, una carta contigo, aunque no sea un número grande, pero que siempre alimente el hambre de los más curiosos. Nos gusta lo que vemos, pero más lo que no podemos ver.

La cuarta regla: no entres al trapo. Tarde o temprano, tendrás críticas, enemigos, envidias y personas que estarán de tu parte. Sin embargo, todas admirarán siempre a alguien proactivo. Por tanto, si tus intereses están lejos de enzarzarte en trifulcas virtuales, no entres en discusiones emocionales. Sé indiferente, con educación, pero indiferente. No existe nada peor que el silencio en la mayoría de casos. No te quejes, no pidas (es diferente a preguntar), no te enfades y no sueltes tu soberbia para quedar bien delante de los tuyos. Es muy complicado mantener un mensaje firme y muy fácil dar con lo que dijiste en el pasado para sacarlo de contexto (sí, aquello que comentaste en un calentón y ya habías olvidado).

Dale la vuelta.

Usa las comunidades para aportar valor, ayudar a otras personas y al ecosistema. Sigo sin entender por qué discutimos con alguien que ni siquiera pone su propia foto y luego somos incapaces de callarle la boca al que suelta sandeces en el bar. Pues eso, congruencia.

Así que, en lugar de seguir buscando la pepita de oro en las conferencias de hora y media de Youtube, recomiendo poner en práctica durante tres meses estas cuatro simples reglas de fabricación propia que harán nuestra vida, dentro y fuera de la red, más fácil de gestionar, y ayudarán a que tengamos una marca personal fuerte y única.

Conecta conmigo

Pablo Poveda, periodista y escritor de novelas de ficción. Creo en la cultura libre y sin ataduras. Si te ha gustado este artículo, conectemos: te animo a que te suscribas y descargues gratuitamente una de mis novelas.

Si te interesa la escritura, descubre el curso de escritura que ofrezco para escribir, publicar tu libro en Amazon y lograr tus primeras ventas.

Si te ha gustado, ¿podrías darme diez o veinte aplausos para llegar a más gente?

También puedes seguirme en Instagram: @elescritorfantasma

Facebook: /elescritorfant