Dormirse

A road trip through the South of Spain, visiting Nerja, Frigiliana, Sierra Navada and Cabo De Gata.

Foto de A pair & A spare

Stan Getz y Charlie Byrd tocan para mí en esta mañana de miércoles, de recta final, de poner las últimas comas, los últimos signos de una novela que me ha tenido apartado de ese mundo al que llamamos real.
Anoche me quedé dormido entre páginas, hasta que me despertó la lluvia. Tormenta de verano, el perro descansaba espatarrado en el suelo, hastiado, como si hubiera estado asfaltando carreteras todo el día. Ni siquiera encendí la luz, disfruté del momento, escuché las gotas cayendo en el patio de luces. Hacía falta el agua, la lluvia y un poco de fresco. Después me costó dormirme un buen rato. Intenté no pensar en ello porque, a partir de cierta hora, comprobamos el reloj, seguimos despierto, y nos entra la ansiedad al creer que no vamos a conciliar el sueño. Por el contrario, me puse a pensar en cosas, aunque la mente me llevara por otros derroteros y terminara en imágenes que no deseaba. Como una cañería obstruida que empieza a tirar cieno a la superficie en cuanto se descongela. Maldito subconsciente, que nos lleva adonde quiere. Ni pensar quiero en lo que hace cuando estoy escribiendo. Ni pensar quiero en lo que pienso cuando estoy escribiendo.