La atención es mi divisa

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Será que me estoy haciendo mayor y he comenzado a disfrutar del olor de las calles mojadas por la lluvia, a la calma de las mañanas sin mirar el teléfono, a poner el modo avión.

No me conformo con poco y a la vez no necesito mucho para ser feliz. Intento centrarme en el día a día, sin dejar de lado el mañana para no desviarme de mis quehaceres.

Cada día valoro más mi intimidad, mi tiempo real, el que pasa al aire libre o entre cuatro paredes, pero no reflejado en una pantalla luminosa.

Recuerdo escuchar en un podcast a alguien decir que, cuando conocía una persona, no quería saber demasiado sobre ella, ni buscarla en redes, ni ponerse al día.

El misterio del ayer no existe hoy o hay que crearlo. Estar disponible a cualquier hora, a cualquier persona, permitiendo nuestra atención a cada zumbido que escuchemos no nos hace mejores ni peores aunque sí menos profundos.

No soy un nostálgico del pasado, de hecho, me trae bastante sin cuidado la mayoría de las cosas que suceden a mi alrededor.

Escuchar al corazón, a las tripas, y prestarle atención y energía a todo lo demás, simplemente, te debilita.

A Kerouac le chiflaba la gente que estaba loca por vivir. Tomando perspectiva, hoy tal vez tuviera el mismo discurso pero buscando los corazoncitos de Instagram.

Me gusta pensar que mi guerra está entre las páginas en blanco, las que ya han escrito otras y las que faltan por escribir; las barras de los bares, las esquinas de las avenidas, las botellas de vino vacías y los besos que aún se tienen que dar.

Y mientras tanto, hay quien se molesta en enviarme un pásalo, cuando soy yo quien va a pasar de todo esto.

Escribir es mi vicio, mi oficio y mi sacrificio, y creo que cada persona debe buscar aquello que le llene y le vacíe a la vez, como ese amor de verano que no quieres que termine, pero sabes que se marchará en algún momento, aunque no tardará más de un año en volver con otra forma, con otra historia detrás.

Cuando encuentras tu vía de expresión, sea cual sea, quiérete un poco y no dejes que nadie te interrumpa.

En esta vida no hay nada más importante que ser haciendo.

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Pablo Poveda, periodista y escritor de novelas de ficción. Creo en la cultura libre y sin ataduras. Si te ha gustado este artículo, conectemos: te animo a que te suscribas y descargues gratuitamente una de mis novelas.

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