Lamentarse

No llores porque nadie te quiera, porque eso no es cierto, siempre hay alguien que lo hace.

Tu problema es que no te hace caso quien tú desearías que te lo hiciera.

Eso es todo.

Tampoco llores si no te salen bien las cosas, pues tienes un problema de perspectiva. O si no te dan el trabajo que tanto deseabas. Sigue intentándolo, nada va a cambiar.

Hay quienes prefieren echarle la culpa a la vida y otros quienes se niegan a darse por vencido. Los primeros nunca progresan y los segundos terminan consiguiendo lo que desean.

Educar el pensamiento para ver oportunidades en lugar de fracasos. No se trata del mantra barato de la ley de atracción, sino de ver la vida con optimismo y no tomársela demasiado en serio.

Aceptar las cosas como vienen, hacer lo posible a diario para que soplen a nuestro favor y entender que, en este planeta, hay más cosas además del yo.

Los buenos surfistas no se quejan cuando sube la marea. Se adaptan a ella.

La perspectiva está en nuestra cabeza y no depende del dinero, ni del estatus social. Mover el culo o no, siempre depende de cada uno.

Porque, recuerda, un día te irás sin que nadie te avise y te arrepentirás por lo que no hiciste.