Radio

La oscuridad reina. Todavía no ha amanecido cuando me levanto decidido a comerme el día, a aprovechar las horas y a no caer en la trampa de cada día. Había olvidado lo que era acostarse y despertar con la misma luz de fondo, como si nada hubiera pasado. Por la radio dicen que hay una epidemia de gripe en Madrid. Para mi fortuna, lo mío es sólo un resfriado. Estos días también he oído sobre un virus estomacal. Las Navidades y los excesos pagan doble.

El locutor de Radio 3 pincha una canción conocida de Eminem y, después de tantos años, ahora que entiendo lo que dice, le encuentro sentido a sus versos, incluso me llega a gustar. En cuestión de unos minutos, en mi lugar de trabajo he pasado de Paco de Lucía a Beyoncé, que canta poseída. Miro el reloj y ya son las siete. Los segundos se estiran como goma de mascar.

Hace más de una hora que he despertado, pero imagino a cientos de conductores por las carreteras principales del país acudiendo a sus puestos de trabajo, somnolientos, con no más que un café en sus cuerpos y Beyoncé repitiendo como un exorcismo Around the world sin parar rebotando contra las ventanillas de los coches, porque es lo único que entiendo y sólo espero que se acabe, porque yo no necesito despertar, aquí reina la calma y la concentración, y no el ruido de motores, las luces de neón de las calles ni el sonido metálico de las persianas al abrir.

Reflexiono y doy un sorbo a la taza de té que he preparado. No tengo nada contra la cantante, simplemente, hacía eones que no ponía la responsabilidad de elegir la música que escucho en las manos de otra persona humana. Desde hace tiempo, un algoritmo se encarga de ello, buscando entre mis gustos, entregándome más de lo mismo. Los Planetas cantan sobre un verano triste como si hubieran pinchado el disco con menos revoluciones. Salir de la zona de confort, dicen. Controlar nuestras fortalezas, observar y disfrutar del libre albedrío que nos rodea. Empezar el día encendiendo la radio, sin esperar nada a cambio, o quizá sí, que vuelva a salir el sol, que no falten personas que se encarguen de escoger la música.