Remar

Agosto ha aterrizado. La gente está feliz porque es verano y tiene vacaciones, y eso me gusta.

Yo también lo estoy porque en unos días publicaré mi próxima novela, Los Crímenes del Misteri, una nueva entrega de Gabriel Caballero. Si formas parte de la lista de correo, recibirás un adelanto de 67 páginas en unas horas (o si perteneces al grupo de lectores de Facebook).

Si no estás en ninguno de estos sitios (no esperes más), mañana colgaré un enlace en la página de fans para que lo descarguéis.

Escribir esta novela supone un punto de inflexión en mi carrera y vida. Me siento feliz, agradecido por todo, por todos. Pensé que al regresar de Polonia tendría más tiempo libre. Y así es. Pero también tengo más energía, por lo que he aprendido a enfocarla mejor y de una manera más productiva.

No obstante, no es fácil.

Nunca lo es.

Por mucho que el viento sople a favor y el escenario presente las condiciones óptimas, la mente siempre nos condiciona para la insatisfacción.

La vida de un hombre es lo que sus pensamientos hacen de ella.

Marco Aurelio

Por tanto, es importante encarar los días como un centurión romano sabiendo que no siempre se gana. Levantarse cada mañana y remar en dirección a eso que nos abrasa por dentro, sin importar lo que digan alrededor, por muy despacio que se mueva el barco, pero sin dejar de remar.

En tu camino habrá gente que te apoye, otra que sea indiferente y una tercera parte que intentará tumbarte con sus palabras o acciones.

Escucha a las primeras aunque no siempre digan lo que quieres oír.

Respeta a las segundas, cada persona convive a diario con su lucha.

Ignora y descarta de tu vida a las terceras. No son más que un lastre.

Decir lo que sentimos. Sentir lo que decimos. Concordar las palabras con la vida.
Séneca

Mientras tanto, es importante seguir haciendo eso que mejor se nos da.

Lo mío, lo tuyo, lo nuestro.