Saber esperar

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Mayo se da por concluido. Celebro el último día del mes como la despedida de algo, el inicio del ecuador del año, el balance que siempre hago cuando llega este momento. Llevo cuatro años seguidos, sin pausa, dándole la bienvenida al verano en cuatro lugares diferentes, en dos países y tres regiones de España. En ninguno de los casos, planeé que fuera así, pero me adapto a los cambios, recibo con gratitud las oportunidades y mi ausente apego por la comodidad siempre me ha empujado a seguir adelante. En cuatro años cambian las caras, los olores de la calle, los atardeceres, los pensamientos y las notas que llenan los cuadernos.

Este mes he llegado a las treinta primaveras, un número redondo que, para muchas personas, significa algo, aunque para mí sólo sirva para darme cuenta de que me han salido un montón de canas, de que el cuerpo ya no tolera ciertos excesos y de que estoy en la carrera adecuada.

Hace unos días, me preguntaban cómo habían sido mis inicios. Eché la vista atrás, recordando como si fuera ayer, y me di cuenta de que llevaba siete años averiguándomelas para entender la alquimia de convertir las palabras en oficio. Estoy en un momento dulce, de esos que se mencionan cuando hay que animar a alguien. Miro al horizonte y siento que me queda mucho por hacer, que ni siquiera he llegado a la casilla de salida, que todo ha sido un entrenamiento duro, pero necesario. Hace siete años, soñaba con esto, pero si me hubiesen contado la verdad, quizá me habría desanimado. Ser tozudo tiene sus ventajas y con el tiempo fui perdiéndole el respeto a lo inmediato, a las comparaciones y a los juicios hirientes que hoy me importan más bien poco. Aguantar los golpes, los tuyos y los de tu entorno, te ayuda a tener más correa, a ser paciente, a prepararte para no perder el rumbo, a ser menos imbécil.

Porque la lección más valiosa es que, aunque todo se fuera al cuerno y tocara mover ficha, lo aprendido no se olvida. Y no hay nada más poderoso que levantarte cada día sabiendo que, si lo has hecho una vez, puedes hacerlo de nuevo.