Siembra, riega, disfruta, ama

​No hay mayor satisfacción para un jardinero que ver sus plantas crecer. Estos días, entiendo esa sensación. Ver la luz de uno de mis proyectos personales -por no decir, el único -, no tiene precio. Sembrar y sembrar, durante años, haciéndolo mal, o tal vez bien, quién sabe. De pronto, se enciende una bombilla en el cuarto, todo cobra sentido, tu fuerza resucita y continúas. El hilo de fe en el que creías sólo tú, se refuerza. Si antes necesitabas que alguien te comprendiese, ahora ya no es necesario. Estás más fuerte que nunca, has empezado a derribar los ladrillos con tus propios puños. El muro está cerca, y después, el resto.

Me levanto con la sensación de que cada segundo de mi tiempo equivale a un millón de euros. Hace tiempo que no sé lo que es aburrirme. Maldita sea, he cambiado demasiado en diez años. Me miro al espejo y mi cabello está lleno de canas.

Todavía no he logrado nada, aunque desde un yo lejano, esto era lograrlo todo. Sin embargo, tengo presente mis cambios, lo aprendido, lo devastado. 

Desde que escribo, he aprendido algunas cosas que han cambiado mi vida y me han ayudado a comprenderme mejor. Funcionarán para muchos, y para otros muchos no.

Si quieres ganar dinero, no te dediques a la escritura. No es la primera vez que alguien dice esto, pero es cierto. Si escribes por dinero, invierte tu tiempo en otra cosa. Te frustrarás y no lograrás escribir algo decente. Si te gusta escribir y quieres ganar dinero con tus historias, el precio a pagar es muy alto. No lo pongo yo, sino los millones de usuarios. No esperes que te juzguen, porque serás ignorado. Sacar beneficio de tu propio trabajo requiere constancia, formación y esfuerzo, mucho esfuerzo -ah, y escribir, tomar café y dormir poco -. Yo disfruto como un loco escribiendo, es un proceso hipnótico. Para ti debe ser similar.

Agradece. Da las gracias por tener vida, un plato en la mesa, tiempo libre, salud, amigos, la oportunidad de respirar aire y practicar deporte. Agradece lo que hay a tu alrededor y te sentirás mucho mejor y más fuerte para afrontar los días.

Perdona. El perdón es sencillo y complicado. Tu ego te lo arrebatará, pero has de ser fuerte. Perdona y déjalo marchar. No importa qué te haya pasado, deja de cargar con eso y céntrate en lo importante. Tus pensamientos y emociones son energías que te consumen o te revitalizan. Tú eliges.

Sé constante. Esto no significa que dejes de dormir o de comer por dedicarte a algo. Ser constante, a veces, casi no requiere esfuerzo. Haz algo, por diez minutos, veinte, pero hazlo, todos los días, durante siete semanas. Que nada ni nadie te lo impida, y notarás el progreso.

Haz de lo importante, lo más importante. Desde que despiertas, tu cuerpo empieza a consumir. Dedícate a una cosa. No seas multitarea. Una cosa, la más importante, después el resto. Fundamental.

Vive tu vida. Quiérete. Valórate, hazte un plan y acepta quién eres y quién quieres ser.

Medita. Diez minutos, todos los días. Usa una aplicación -yo uso Calm, es gratis y también se encuentra en la web-. Yo lo hago, y aprende a escuchar a tu cuerpo, a recordad de dónde procedes. Conecta con tu yo interior.