Cómo vivir de la escritura con humildad y otros sueños posibles de esta vida

Cuando era pequeño, el oficio de escritor era algo privilegiado, un puesto para algunos, los mismos que salían en las revistas y en la televisión, esos que firmaban libros en los centros comerciales. El escritor como figura intelectual, valor seguro y alguien que tenía algo que contar. Con los años, la llegada de internet y la democratización de la cultura, la figura del escritor se vio perjudicada, perdiendo su valor en cuanto las figuras de la telebasura publicaban con Planeta y demás. No obstante, siempre es mejor si alguien publica un libro que no ha escrito y otro alguien lo lee que estar delante de la caja tonta. Gracias a internet, tuve la oportunidad de conocer el punk y sus derivados, formando una banda y dándola a conocer. Eran los días en los que Myspace reinaba la red y no existía Facebook. Días en los que uno todavía grababa CD’s y escribía en foros. Los teléfonos inteligentes estaban por llegar. Eran, simplemente, otros días.

Poco más tarde, cuando abandoné la música (véase, Ella Es Punk Rock), encontré en la literatura mi forma de vida, mi vía de escape, lo único que necesitaba para darle sentido a eso que llamamos existencia. Corría el año 2011 y yo estaba todavía en la universidad, pero por cosas del destino, me fui tan lejos de casa que casi no quise volver. Durante la etapa musical, el punk rock (más bien The Ramones y todas las bandas españolas que formaban el círculo de sucedáneos) me mostró que todo era posible con la actitud correcta. El “háztelo tú mismo” o Do it Yourself como dicen los angloparlantes, las ganas de hacer cosas sin pedir permiso y creyendo en ti mismo. Con el tiempo, tres palabras se convirtieron en una filosofía y cuando me enfrenté a mi primer borrador, a los primeros rechazos y a la repetitiva negativa de “lo siento, no aceptamos manuscritos”, me pregunté una cosa: ¿Por qué tengo que tragar por toda esta mierda? No tenía dinero, ni contactos que me introdujeran en los círculos literarios. Por no tener, no tenía ni una novela larga. Si quería ser escritor y vivir de la literatura, lo tenía crudo.

No obstante, estaba seguro de que existía gente al otro lado de la pantalla, dispuesta a leer mi manuscrito, pero entonces estaba cegado por otras estupideces. La respuesta a cómo dar con ellos, llegó cuatro años después, haciendo paralelismos con la vida real.

Poco a poco, estudiando, leyendo, probando y perdiendo mucho tiempo, me di cuenta de que las fórmulas rápidas no existen. El éxito puede ser inesperado, por supuesto, pero sucede a una minoría. Mejor contar que no somos parte de esa minoría, porque así nos centraremos en lo realmente importante. En 2013 decidí dejarlo todo, trabajo, amigos… todo y saltar al vacío. Quería dedicarme a escribir y había tomado la primera decisión: vivir para escribir.

Queriendo ser escritor: del dicho al hecho

Conozco a mucha gente que escribe por afición y a otra que quiere triunfar en la literatura. Existe una minoría que pertenece a otro grupo (yo hablo de escritores, pero podría ser cualquier tipo de arte) y es la que quiere hacer de la escritura su trabajo, tener tiempo libre para dedicarse a sus novelas y llevar una vida normal, dentro de lo que cabe. Los que forman parte del segundo grupo, no tienen otro remedio que seguir en su casa, con su trabajo y esperar a pegar un pelotazo en Amazon o cualquier otra web. Para los que quieren ser escritores de verdad, levantarse y escribir, existe una alternativa posible.

El primer paso es salir del nido. Cuando me fui de casa por primera vez, me di cuenta de que podemos vivir en otras ciudades de Europa más baratas que la nuestra y esto sin mencionar las ciudades pequeñas. Por supuesto, las hay más caras, pero… ¿Queremos vivir en Londres o de nuestra prosa?

Con menos de mil euros, puedes vivir en una ciudad europea sin pasar penurias, pero ya no Europa, cualquier parte del mundo. Existe una página llamada NomadList que muestra el gasto mensual de las ciudades.

Una vez que hemos hecho nuestros cálculos, ya sólo queda ver cómo vamos a hacer ingresos. Si no tienes a nadie, siempre puedes usar plataformas como Couchsurfing durante un tiempo. Al tener que pagar una renta más baja, las posibilidades son más amplias. Si somos hispanohablantes, siempre existe la posibilidad de dar clases de idiomas como nativo u ofrecer otros servicios similares. Debemos tener claras nuestras habilidades más fuertes como alternativa.

Por otro lado, uno de los errores más garrafales que he cometido todo este tiempo ha sido el de no tener una lista de correo. Sí, eso que llaman Mail List. Fui tan estúpido que pensé que mis amigos de Facebook eran mis lectores, pero no era así. Crear una lista de correo en un servicio como Mailchimp (gratis) o Aweber (de pago) y darles un enlace en nuestra novela o blog para que nuestros amigos, lectores o quien así lo desee, se suscriba. Por supuesto que muchos no comprarán tus libros y mucho menos te seguirán para siempre, pero es un paso para crear una comunidad de lectores de tú a tú, sin intermediarios, trazando las líneas de una amistad duradera. Con constancia y paciencia, en meses o un par de años, tendrás una lista de correo sana y llena de lectores (si haces las cosas como dicen por ahí). Hay que tener en cuenta que, normalmente, un 10% compra tus libros y un 20–30% abre tus correos. Así que necesitarás 5000 suscriptores si quieres vender 500 libros. Saca tus propios números.

Después, existen otros temas que potenciarán tu carrera (posicionamiento, reseñas, anuncios, marketing…) pero si tienes una buena lista de lectores fieles, tienes la mayor parte del trabajo hecha. Las redes sociales sirven para conectar y establecer una relación H-U-M-A-N-A con otros.

Yo también pequé durante mucho tiempo, pero si algo he aprendido es que anunciarse a diestro y siniestro no sirve de nada. Es molesto y nadie comprará tu novela. No seas la típica persona desesperada en una fiesta que busca besarse con alguien.

En internet hay muchos vendemotos que quieren colarnos el éxito, la pastillita para salir de Matrix y alcanzar el éxito de la noche a la mañana. Podemos probar y ver qué tal. Yo lo hice, y sigo aquí. No he conseguido asimilar toda la información sin la experiencia por medio. Pero cada uno es libre de tomar sus decisiones.

¿Qué es lo que quieres? ¿Cuánto estás dispuesto a arriesgar por vivir tu sueño? ¿Cuánto estás dispuesto a luchar? Y cuando digo cuánto, no hablo de dinero, sino también de tiempo, distancia, espacio… Todo.

Si buscas fama, este no es el camino.
Si buscas la aprobación de otros, cierra la ventana.
Si lo que deseas es escribir historias,compartirlas con otros y tener una vida normal, sigue leyendo.

“Si te lo propones, puedes conseguirlo todo”.

George McFly

Con esto, una resolución de nuevo año, para todos los escritores que estén con el miedo, a punto de tirar la toalla. No quiero decir que cada uno tenga que hacer la maleta y marcharse, aunque tampoco debe temer a ello. Sigo vivo, tres años en Varsovia y con una vida feliz. Para ser sincero, no enciendo las velas con billetes de cincuenta euros ni tengo un jacuzzi en casa, pero tras un tiempo, empiezo a ver resultados (sí, en el bolsillo), he escrito seis libros y sé que cada día estoy más cerca de la independencia completa, aunque todavía hay un largo camino que recorrer.

Antes de terminar, quiero recomendar un par de libros que ayudarán, sobre todo, a entender que no hablo de utopías o sueños imposibles.

Amanda Palmer tiene un libro llamado “El Arte de Pedir” que me recomendó el escritor mexicano Alejandro Carrillo y que también recomiendo leer, así como ver este vídeo donde resume en 13 minutos lo que dice el libro.

David Gaughran es un escritor irlandés que vive en Praga y un ejemplo de lo que hablo. Tiene un libro que explica muy bien cómo acercarse al mundo digital y ganar visibilidad.

Si tras leer este artículo, sigues pensando que no es posible y que todo son palabrerías, te equivocas. Es tu miedo quien habla por ti o la falta de interés por cambiar.

Ser escritor es un estilo de vida y no un camino de flores. Es una decisión y hoy, más que nunca, una posibilidad real.

Que no te digan nunca más que vivir de tu escritura es cosa de unos pocos. No es ficción, es un hecho.