Desaprender

foto prestada de Last.fm

 

Tengo un corazón, cariño, no lo destruyas, cantaban The Exploding Hearts en Thorns in Roses antes de reventar la furgoneta en un accidente de tráfico en 2003 y terminar con la banda.

Una canción que define lo que ha sido toda una vida, así como el disco que dejaron (Guitar Romantic), que me acompañó día y noche durante años, en los mejores y peores momentos, en la soledad y acompañado de una botella, y actualmente lo sigue haciendo en el reproductor del coche.

Los años pasan y el color de los días va cambiando de tono en base a nuestras experiencias. Desde hace algunos años, tengo la sensación de que no pertenezco a nada y eso me hace sentir más libre, aunque un poco más solitario.

La necesidad de formar parte de una escena, de una rebelión, queda en un segundo plano cuando la vida te da de bruces con otras cuestiones.

Y, sin embargo, me doy cuenta de que siempre he caminado en la misma dirección: en busca de esa felicidad, que antes estaba en lo tangible, en lo desconocido y en otras personas; esa felicidad que hoy reside en mí o no reside.

El corazón sigue siendo el mismo, más viejo, más castigado, pero igual de miedoso a lastimarse sin necesidad, y ya no hablo de excesos físicos, sino de los sentimentales, que son más duros de recuperar.

Cantaba Chet Baker que se enamoraba con demasiada facilidad, una frase que he escuchado salir de otras bocas, de otras personas.

Una afirmación estigmatizada, porque nadie quiere arriesgar para que le troceen los ventrículos a cambio de unos besos, porque nos han enseñado a ser cuidadosos con lo que tenemos, a no permitir que la incertidumbre nos sobrepase.

Y, al igual que dejamos de hacer ciertas cosas de pequeños porque nos dicen que eso no dará de comer, también desaprendemos a dejarnos llevar, a buscar esa magia que está por todas partes, a entender las emociones como hacíamos a los veinte años.

Lo mejor de todo es que, mientras respiremos, siempre habrá tiempo para experimentar, escuchar esos discos olvidados, dormir con quien todavía no conocemos y escribir las páginas de nuestra biografía.

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Pablo Poveda, periodista y escritor de novelas de ficción. Creo en la cultura libre y sin ataduras. Si te ha gustado este artículo, conectemos: te animo a que te suscribas y descargues gratuitamente una de mis novelas.

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