Disfraces

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Ha pasado casi un mes desde la última entrada. El año entró como un alud de nieve y arrasó todo lo que vio por delante. Enero fue un mes largo, y digo fue porque ya queda lejos para mí. Volví a reencontrarme con Coltrane, con Miles Davis, con la literatura y conmigo mismo.

También tuve tiempo para regresar a Alicante y encontrarme con Gabriel Caballero en su máximo esplendor, hablar de Tony Soprano y beber vermú en una terraza del puerto marítimo. Un viaje heurístico a la creatividad que ha terminado en forma de libro, porque Caballero vuelve a dar guerra para rato.

Gracias a la escritura uno es capaz de viajar por los laberintos de la mente y los recuerdos, con la capacidad de completarlos gracias a los procesos de documentación. El escritor fantasma estuvo allí mientras escribía aquí, o eso quiero pensar.

Últimamente he recibido algunos correos electrónicos en los que me preguntaban si realmente era yo el de la foto, si escribía la correspondencia o si existía una persona llamada así. La primera reacción siempre es humana: ¿Por qué no habría de ser yo? Después, la cuestión toma asiento en la psique y a medida que me pierdo entre autobuses diarios, tranvías y espacios comunes, concluyo que no es una cuestión estúpida, en absoluto. Podría no ser yo, podría ser un amigo, un actor, un conocido. Podría ser un hombre de 60 años, un escritor negro, un mandado. Podría ser Gabriel Caballero haciéndose pasar por Pablo Poveda. Podría ser muchas personas al mismo tiempo y a la vez sólo una. Todos nos creamos nuestro propio disfraz, sólo es cuestión de encontrarse frente al espejo, entre las páginas de un libro, en un perfil de Instagram.

Internet me ha permitido estar en todas partes contigo bajo mis historias, a cualquier hora y eso es lo más alto que uno puede alcanzar escribiéndolas.

No me vas a encontrar en revistas, ni haciendo entrevistas en programas de televisión. Somos más de tres mil personas, pero seré yo quien toque a tu puerta.

Este mes llega algo nuevo, un regalo para ti. Sigue con atención tu bandeja de entrada y no dejes de leer.