Elecciones

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Hace cosa de un mes que no actualizo el blog. Estas últimas semanas han sido, cuanto menos, intensas. Jimmy Iovine dijo en una entrevista que la única manera de llegar al podio, es haciendo que te duela más de lo que le duele a tu oponente. Escribir como oficio es una lucha contra uno mismo. Cada persona tiene sus ambiciones y, por suerte, quien te lee no tiene que elegir entre un bando u otro. Por eso, hace muchos años que me mantengo en mi carril, aprendiendo de otros pero peleando en un cuadrilátero contra mi sombra. El extraño confinamiento, al que nos han sometido en Madrid, me ha servido bastante para reflexionar sobre los próximos retos. Es muy fácil aferrarse a una excusa, a la situación política y social, al malestar general, al favoritismo de otros pero, qué carajos, al mundo no le importa tu drama. Por tanto, en mi caso, lo único que queda es recuperar la forma y continuar haciendo lo que más me llena: escribir historias. Y eso he hecho durante estas semanas de barbecho. No existe un único camino para que escribir, publicar y vivir de la escritura sea posible. Sigo pensando que estamos ante una oportunidad de oro. Hay más lectores, más medios, más plataformas, más formas de llegar a todo el mundo y, por ende, de vender más libros. El resto son excusas. La gente quiere historias y ya no es necesario esperar a que una empresa confíe en nosotros para que las palabras lleguen a los lectores.

No hablo del futuro, sino de un presente que lleva una década creciendo y madurando.

Ya no existe sólo una industria, sino un montón de ellas. Las cuentas salen, pero hay que sudarlas y elegir con cabeza en qué liga jugar. Hay que reflexionar y estudiar la finalidad, con sinceridad, que ansiamos, antes de llevarnos una decepción. En mi caso, lo único que me importa son las personas que me leen.

Dicho esto, dicho todo.

Si todo va bien, pronto llegará la nueva entrega de Caballero, la novela que cierra un ciclo en la serie del personaje y en la que me estoy dejando la piel. Lo mismo sucedió con Rojo en Secuestrada.

En Spotify y Audible ya están disponibles la mayoría de mis audiolibros. Y, a pesar de todo, tengo planeado retomar el ritmo y la actividad con la que solía publicar en el blog y en el grupo privado de Facebook.

En tiempos de turbulencias, pizza fría y trabajo duro, y ya llegará el caviar en el futuro.