No llegaba a tiempo, ni para actualizar mi propio blog. Hace unos días fue mi 36 cumpleaños. Recibí regalos, un puñado de buenos momentos, libros y buena compañía. A estas alturas, como cada año, debería de haber hecho balance de la situación, saber en qué momento me encuentro y cómo afrontar el resto del año… pero no ha sido así. A lo largo de los últimos meses, las agujas del reloj se han movido como un tsunami hacia la orilla. Supongo que estoy cansado. Leo a Fante, el Fante que escribió después de Bandini. Escuchamos CD’s de Chet Baker en el coche de camino a la playa, recorremos el campo por las carreteras secundarias, vemos las plantaciones de alcachofas y comemos frente a la playa, en las casas de pescadores.
Entre zamburiñas, pulpo y vino blanco, hablamos de las expectativas, de las que otros tienen de nosotros, de las que nos creamos sin necesidad.
Entonces, me doy cuenta de que cada vez me importan menos cosas.
Y que me gustaría vivir sin teléfono.
En menos de un mes, llegará “Una Bala en Miami”, la última entrega de Maldonado, su último caso.
Ahora es momento de ultimar los detalles.
Después, vendrá el verano y llegará el descanso.
Puedes reservar el libro aquí.