Forjar

 

Salgo de la casa y el sol no se ha despertado. A lo lejos, en la carretera, veo a un tractor que sube la cuesta.

En la ciudad pensaba que era el único que madrugaba. Aquí las reglas cambian.

Ayer salió a la venta un nuevo libro. No quepo en mí de alegría, satisfacción y emoción al conocer a toda la gente que está detrás de él, empujándolo, moviéndolo sin cese.

Hace un año, regresaba a España y publicaba un nuevo libro. Otra historia de Caballero.

Podría pensar que estoy en el mismo sitio, pero no es así. Algo ha cambiado. Siempre sucede, aunque el cambio sea inapreciable a los ojos.

Puede que, a lo largo del año, no todo haya sucedido como esperaba; que haya tenido que digerir momentos a los que no me apetecía enfrentarme. Tal vez, mi visión fuese tan clara o mis expectativas fuesen otras, a pesar de que no esperaba nada.

Sin embargo, pese a que siga ocupando el mismo cuerpo, me siento más fuerte, más arropado que nunca, aunque el entorno no me acompañe y el ruido no sea más que eso, ruido.

Sentirme un incomprendido a lo largo de los años me ha ayudado a forjar una templanza mental inquebrantable, incluso en las situaciones más duras.

En esta vida, mientras buscas el camino, muchas personas querrán darte su opinión de cómo funcionan las cosas, la vida o el sistema en el que vivimos, aunque no se la pidas.

Te dirán lo que está bien y lo que no, bajo su modo de entender la realidad y buscarán la forma de neutralizarte, conscientemente o sin notarlo, siempre que les lleves la contraria.

Lo más fácil siempre resulta dejarse arrastrar por la marea.

El conflicto aparece cuando ya tienes forjada una realidad que es diferente a la suya.

Por tanto, controla tu energía y no la malgastes en conversaciones que no te aportan nada, en actividades nocivas y en poner la atención donde no debes.

Cada pensamiento, cada acción, es un paso que das. De nada sirve terminar agotado y en un lugar desconocido.

En lugar de concentrarte en lo negativo, hazte un plan y ve a por él. Olvida menospreciar a otras personas por lo que digan sobre ti, pues si ya sabes que son mediocres, no necesitas reafirmarte. Ellos pensarán que tú también lo eres, ¿y qué? No tienes que justificar nada.

Sé paciente y actúa en silencio. Hablar de más te dejará sin energías.

Apóyate en aquellos con quienes sumas, no con quienes te hacen restar. Una sonrisa, una buena conversación sin prejuicios. Aprende de otras personas y absorbe.

Aboga por la honestidad. Es mejor decir la verdad una vez que mentir y justificarse de por vida. Todos vamos en busca de la verdad.

Yo he tardado años en aceptarlo, pero no me importa reconocerlo. Sé cómo soy, lo que quiero ser y no existe una razón para no conseguirlo.

No quiero un trabajo de oficina ni una vida convencional.

No me interesa ganarme los aplausos de quienes nunca se han interesado por mí.

Ni tampoco ser el otro, ése a quien la suerte persigue y está en boca de las comidas familiares.

Al carajo con todo eso.

La última intención en esta vida es la de demostrarle nada al mundo si no eres capaz de demostrártelo primero.

Respétate, forja tu realidad y acepta quién eres. Traza un plan, ajusta tu interior y no te preocupes demasiado por lo que venga de fuera. Hagas lo que hagas, más te vale tener la cabeza y el espíritu bien alineados porque ningún camino será fácil.

Nos vemos en la línea de meta.