Motivos

Dicen que hay que vivir para escribir. Últimamente, he vivido lo suficiente para escribir otra historia. Tanto, que he perdido el interés por otra cosa que no sea golpear el teclado, leer buenas historias, las barras de zinc, los amores perecederos y las mesas con mantel. Dicen que hay mucha hipocresía en las letras. Yo lo que creo es que hay mucha gente buscando atención para que le digan lo buena que es. A veces, todo se soluciona con un golpe, como los que le damos a la tele, para que vuelva a su sitio y siga funcionando. Creedme, sé de lo que hablo.

Cada uno está aquí por un motivo. El mío es muy simple y me ciño a quien me paga las judías. El resto son pérdidas de un tiempo que puedo emplear en lo que realmente me importa.

No sé lo que la gente espera de mí -y es un error pensar en ello-, pero sí sé lo que esperan mis lectores: que escriba más y mejores libros. Así que, si no respondo, imaginad que estoy escribiendo.