Recta final

Resultado de imagen de elche

No lo había planeado. Es curioso, pero la misma semana que se publica ‘La Dama del Museo‘, hago un viaje exprés a Elche, mi ciudad, y pienso en lo raro que va a ser ver el busto íbero por todas partes, sabiendo que ahora tiene otro significado (en mi imaginación, claro). Cierto es que han sido unos días intensos, de concentración, preparación de correos, campañas de publicidad… pero felices. Gratificantes por hacer, una vez más, que mis historias vean la luz y sean acogidas por vosotros. ¿Qué más se puede pedir? Por mi parte, nada. Cuando la novela sale a la venta, es vuestra. Lo único que puedo hacer es esperar a los comentarios y ponerme a trabajar en lo siguiente. La carrera del escritor (la mía, al menos) es así. Escribir me mantiene a flote, me ayuda a seguir rígido y sereno. Los lectores hacéis que esa escritura tenga significado. Y así la rueda gira y gira. El autocontrol es la clave de todo. Lo digo porque lo sé y porque, en esta vida de tiempos muertos, es muy fácil desvariar y dejarse llevar por las luces brillantes de la noche, la nocturnidad que nunca acaba y esos pequeños diablos que posponen lo inevitable un día tras otro. La edad no perdona y es vital recordar eso de mente sana en cuerpo sano.

Ahora sí, encaramos la recta final del año.

Ya en mitad de noviembre y con este frío que indica que no hay vuelta atrás, sólo queda aprovechar el rebufo, antes de que se me enfríen los dedos y la pereza invernal se apodere de mí. Estoy feliz por haberlo hecho de nuevo. Feliz de seguir haciéndolo. Y ahora sólo me queda esperar que también seáis felices al reencontraros con Caballero. Podré ser un pesado, pero la gratitud nunca está de más. Que tengáis un bonito fin de semana.