Restart

man sitting on concrete brick with opened laptop on his lap

Empezamos de nuevo. El fin de año estuvo bien, pero el arranque ha sido duro hasta que me he puesto las pilas. Hace unos días, David, de Cruce de Caminos, me advirtió que tenía problemas para entrar en la página. También lo hizo mi padre. Desde hace un tiempo, parece que hay que tener certificados hasta en la sopa y uno de estos se requiere en la web. Nunca he sido un cerebrito, ni brillante con los aspectos más técnicos de la vida. De hecho, exceptuando la escritura, con el resto de cosas soy bastante torpe (y no hago mucho por cambiarlo). Por suerte, he conseguido solucionarlo y ahora la web funciona de nuevo y sin problemas (creo). Si hay algo de lo que estoy orgulloso, es de aprender en su momento el lenguaje HTML. Todavía recuerdo cuando escribí la primera página web en un 486, con el bloc de notas y un manual de Windows 95. No lo veía como programación, sino como un idioma nuevo. Por alguna razón, los lenguajes no me resultan complicados de aprender, aunque soy consciente del proceso de inmersión. No soy políglota, hablo español, inglés y polaco, y estos dos últimos los aprendí de manera autodidacta, con mucho interés, sí, pero también por la necesidad de comprender el entorno y comunicarme con él. Creo que soy una persona curiosa, nada más. La gente dice que se olvidan los idiomas secundarios si no los usamos, y sí es cierto que perdemos mucho vocabulario que utilizábamos a diario, pero se tarda poco en desengrasar la maquinaria. Con el HTML me pasa igual, aunque me quedara en un nivel muy básico. Todavía hoy es suficiente para entender la matriz y arreglar ciertas cosas. En su momento supe que sería útil y hoy todavía lo es.

Pero como he dicho al principio, he vuelto a empezar de cero, a establecer nuevas rutinas, a ver el amanecer a diario, a escribir como no hacía desde tiempo atrás y a cuidarme, sobre todo. Este año toca superar el anterior, aprender las nuevas normas que dominan los mercados virtuales y experimentar con todo lo que está por delante. Será un año de historias, de hinchar codos y darle fuerte a la tecla, pero estoy entusiasmado.

Por eso, antes de que termine el mes llegará lo nuevo de Dana Laine. Pronto os contaré más.