Seguir en la brecha

vehicle on road during daytime

Seguimos en la brecha, me dijo el dueño del antro de la plaza de Puerta Cerrada, mientras Paco de Lucía tocaba la guitarra en una televisión de tubo. En la brecha, me dije, por la que él cayó hacía más de veinte años y yo, esa noche, iba de camino a ello.

Algunas veladas, sin esperar demasiado de ellas, pueden convertirse en carne de novela.
Hablando de novelas, acaba de salir el segundo pack de Caballero (libros 4, 5 y 6) para Kindle y también en papel, por si alguien se los está leyendo del tirón o tiene intenciones de hacerlo. Por supuesto, cabe recordar que la serie está al completo en audiolibro (con un doblaje de diez).

Estos días sigo trabajando en la nueva entrega de Rojo, que saldrá en marzo. El primero sigue gratuito en Amazon Prime, recibiendo muy buenas críticas. No pasa un día sin sorprenderme en este cambio de reglas de juego que nos permite, a un buen puñado de juntaletras, vivir de las historias que escribimos, dejándonos un montón de libros interesantes y entretenidos que, de otro modo, se habrían quedado en un cajón lleno de frustración. Un rocanrol literario, una nueva era que, tarde o temprano, terminará… arrastrado por la marea.

Hay que seguir en la brecha, cueste lo que cueste, para evitar caerse en ella y convertirse en un ladrillo en la pared.