Entusiasmo

woman in red and black stripe shirt sitting on chair

Los días de luz se hacen más cortos en esta parte de la ciudad. El verano se ha marchado sin que apenas lo notara. Suele suceder así y, cuando ya no lo tenemos, comenzamos a echarlo de menos. Otro mes que llega a su fin, otra temporada que comienza. Septiembre ha volado como un polvorín. Reconozco que este año está siendo estrambótico, ya no sólo a nivel global sino también de manera profesional. Llevo unas semanas dándole vueltas a todo lo que he hecho anteriormente. Cada cierto tiempo, conviene auditarse, marcar los objetivos, definir las metas a corto y a largo plazo. El potencial es infinito, pero los días tienen un máximo de horas y hay que elegir. Paso los días entre conversaciones, escuchando ideas, tomando café, descorchando botellas cuando la brisa nocturna entra por el balcón. Estoy satisfecho por el último trabajo porque la respuesta de los lectores es mejor de la que esperaba. Poco a poco, con la práctica, el artesano mejora su obra. Han cambiado mucho las cosas desde que empecé a publicar por mi cuenta. Hace una década no tenía al alcance las herramientas de las que dispongo hoy (casi todas gratuitas), ni el conocimiento, ni la mentalidad, pero tenía una premisa grabada a fuego que se mantiene presente. Sigo pensando que es el mejor momento para labrarse una carrera escribiendo, siempre y cuando estemos dispuestos a echar horas de trabajo, de formación, de aprendizaje, de emprendimiento. No busques reconocimiento sino lectores que disfruten con la historia que llevas dentro. Ellos son los que pagan tus horas. El mayor error es ignorar la realidad y culpar al contexto. Es fascinante que todo se pueda resolver con un navegador y una conexión a Internet. Empieza con poco y crece. Corren buenos tiempos para las letras, a pesar de lo que digan, a pesar de que nos intenten convencer de lo contrario. Cuando tú marcas los tiempos y la otra parte es incapaz de adaptarse a ellos, algo no funciona y tú no eres el problema.
Estos días me siento entusiasmado por los meses que están por llegar. En realidad, nunca he dejado de estarlo.