El fin de un ciclo y casi diez años de autopublicación

Comencé a escribir este blog en octubre de 2015, con la intención de que fuera un diario de a bordo de esta larga travesía llamada “carrera literaria”. En casi una década, han pasado muchas cosas, más de las que jamás habría imaginado. Por entonces, era mucho más joven, vivía en Varsovia y estaba escribiendo mi primera trilogía. Además, estaba muy metido en el minimalismo y me había enfocado en llevar una vida como tal. 

No haré un repaso de los últimos años porque sería eterno. Sin embargo, he rescatado una entrada que escribí, meses antes de la pandemia, en la que organizaba los momentos más altos de los años anteriores y que se puede leer aquí. Madrid, Dubai, Lisboa… Fueron años en los que escribí como una auténtica locomotora, a la vez que absorbía lo que la vida tenía preparado para mí.

Lo que vino después, ya lo sabemos todos.

Atrás quedaron los días de pizza fría y trabajo duro, aunque vuelven, de cuando en cuando. En cuanto a lo profesional, fue el despegue. Primero, El misterio de la familia Fonseca y, más tarde, el resto. Jamás abandoné mis ambiciones, ni dejé de ponerme a prueba. Cambié de barrio y di vida a Maldonado, a Laura Coves, a un porrón de historias que hoy día sigo escribiendo. En cuanto a lo personal, sólo sé que fue y que afectó a la escritura, tanto en lo bueno como en lo malo.

Dicen que las manos ociosas son el taller del Diablo y, en mi caso, corroboro que fue una época de vicios, de turbulencias y de escasa continuidad. Pero no hay experiencia sin lección. Hubo tiempo para todo, incluso para tocar el infierno con las yemas de los dedos. Amores de una noche, corazones que rompí, cicatrices que me dejaron, y más de un adiós emborronó el cielo más de lo esperado.

Por suerte, todo aquello dio lugar a más historias de Rojo, de Maldonado y de Caballero. La novela también forma parte de esa terapia en la que el autor encuentra sus propias piezas mientras la escribe, llegando a reconciliarse consigo mismo. Algo así me sucedió.

Recargado de energía, volví con más fuerza (y con un gran aprendizaje personal) y los últimos dos años no pasaron sin pena ni gloria.

Organicé la mayor conferencia de autopublicación del mundo en Madrid (y me reuní con grandes amigos de las letras), conocí Sevilla y al equipo de Lantia. Más tarde, di una charla en las conferencias 20booksto50k (esta vez, en Sevilla) y, finalmente, asistí a la última conferencia en los Estados Unidos.

Junto a Lantia, lanzamos la nueva edición (mejorada y actualizada) del curso de escritura y marketing que publiqué en 2018, y que recoge toda mi experiencia a lo largo de estos años. Jamás pensé que alcanzaría a miles de lectores, ni que vendería cientos de miles de libros. Y, mucho menos, nunca pensé que haría un curso tan profesional, rodado con una producción cinematográfica.

Por tanto, han sido unos años muy prolíficos y productivos, además de muy enriquecedores. El último hito fue el de la venta de los derechos audiovisuales para un productor de Hollywood, razón por la que viajé a Los Ángeles y a Las Vegas el pasado mes de noviembre y del que me traje un montón de recuerdos y vivencias para plasmar (y que pronto verán la luz).

A lo largo de estos años, he probado todo lo posible a la hora de llegar a nuevos lectores y cuidar a los que ya me siguen. Me dejo un pódcast que retomaré en el futuro, un perfil en Medium y un montón de cosas de las que ya ni me acuerdo.

Este 2024 es un año importante para mí, uno de grandes cambios. De alguna manera, cierro un ciclo —al menos, por el momento—, y comienzo otro muy significativo. Después de seis años en Madrid, regreso a Elche, con otra edad y con ganas de estar cerca del mar y de los míos. Por supuesto, regresaré a Madrid tan a menudo, que será como si no me hubiese ido nunca.

Antes de que eso ocurra (que será en un par de meses), trabajo a destajo mientras disfruto de los últimos atardeceres rosados del invierno. En unas semanas, estaré de nuevo por Sevilla, debido a las conferencias de este año (y donde hablo otra vez).

Muy bien. Ahora, las novedades.

Aunque no tenía intención de hacer una entrada promocional, la recta hasta la primera mitad del año, vendrá cargada de novedades literarias.

Para empezar, en febrero, llega “El Laberinto del Diablo”, la nueva entrega de Rojo, que pone fin a la primera temporada de la serie, a la trilogía del Diablo, además de cerrar todos los hilos que se abrieron al comienzo de la serie. Es la más larga de todas las que he escrito en la serie y viene cargada de mucha tensión.

Más tarde, para abril, llegará “Muerte en Las Vegas”, de Maldonado. Una nueva aventura del detective en la ciudad del vicio y de la perversión, donde tendrá que averiguar qué sucedió en el asesinato de un viejo amigo. Al escribirla, la he disfrutado como si siguiera allí.

Finalmente, “Un secreto bajo tierra”, la nueva entrega de Gabriel Caballero, llegará en mayo. Cuando un cadáver aparece en medio de una excavación arqueológica, pronto se descubre que no fue enterrado por accidente. Con Rojo y Rosario en el equipo, Caballero regresa a Alicante y tendrá que resolver el misterio, además de reencontrarse con todo el elenco local que aparece a lo largo de la serie. Poco hay que añadir en la decimosexta entrega de este personaje.

Por supuesto, las tres se pueden reservar ya en preventa, a precio reducido. A medida que avancemos, informaré sobre los siguientes lanzamientos, que no son pocos los de este año.

Además de esto, Maldonado pondrá un pie en el mercado internacional con las traducciones al inglés de las primeras novelas, a ver si la suerte le responde. Así que estaré realmente ocupado.

Para acabar, anunciar que, poco a poco, haré una reedición de todos mis libros y que serán publicados bajo un nuevo sello editorial. Si ya habéis comprado los libros en digital, no hay problema. La reedición no afectará a esto y solo habrá que actualizar los libros en el Kindle para que aparezcan las nuevas portadas y maquetaciones. Aunque será una gran inversión de tiempo y de dinero, mi intención es revisar todos los libros y darles una nueva edición para corregir los errores de publicación cometí en el pasado o con los que no acerté correctamente. Huelga decir que las historias permanecerán fieles a las originales e intactas.

Parece mentira, pero, quién me iba a decir que, después de nueve años y cincuenta y seis novelas… seguiríamos aquí.

Por muchas más.

Pablo