Un año de cambios y muchas sorpresas

white and red ceramic mug on black round tray

Me siento a escribir un año más una entrada en este diario de a bordo, de navegante, para dejar constancia en el futuro de mis pasos. Leyendo lo que plasmé el año pasado, percibo que no me equivoqué. Planteé un año lleno de planes que, doce meses después, han visto la luz, a pesar de las inconveniencias del destino.
Un 2020 que no se olvidará por lo malo, pero tampoco por lo bueno, que no ha sido poco. Este año he aprendido mucho en lo que se refiere al negocio de la escritura, he mejorado en las áreas personales que tenía desatendidas y he seguido haciendo el cafre -algo inherente en mi personalidad- y me lo he pasado muy bien extrayendo de la vida, de Madrid y de sus calles, de los bares y de las mesas de mármol, pizcas de experiencia para seguir nutriendo mis historias.
Llegar a la final del Premio Literario de Amazon 2020 me ha enseñado un par de lecciones. El éxito de un libro no significa más que una muesca en el revólver, pero hay que seguir trabajando en la panorámica que tengo en mi cabeza desde hace tiempo.
Vuelvo a reiterar que quien escribe, se debe a sus lectores, y el modelo para que esto funcione, además de escribir una buena historia y tener una buena presentación, hay que utilizar la tecnología a nuestro favor para encontrar a esas personas que podrían interesarse en nuestra obra. Existen muchas maneras de hacerlo y todas son válidas mientras lleguemos al objetivo final. Lo importante es que nos sintamos cómodos con lo que hagamos.
Por otro lado, he aprendido a conocerme mejor, sabiendo cuándo es momento de parar y tomar un respiro para saborear más la vida. Este 2020 nos ha enseñado que hay muchas cosas que se escapan de nuestro control.
Auguro un 2021 muy bueno para la autopublicación, que poco a poco se libera del estigma que lleva años arrastrando. El mercado se ha vuelto más competitivo y profesional, pero también más accesible. Un síntoma positivo que indica que también hay muchos lectores nuevos que han dado una oportunidad a la alternativa.
Ya no basta con publicar y escribir unos mensajes en redes, sino que hay que trabajarlo todo un poquito más, pero nunca nadie dijo que fuera fácil. Tampoco es bueno caer en las comparaciones, puesto que es una carrera a largo plazo en la que nuestro contrincante somos nosotros, nadie más. Las apariencias siempre engañan, para bien y para mal, y los números demuestran que hay un gran escaparate ahí fuera, intentando, como todos, vender lo suyo, con más o menos éxito.
Como cada fin de año, tengo planes, notas en cuadernos, proyectos ajenos a los libros y un puñado de historias por contar. No espero nada del año que entra, aunque eso no resta que siga esforzándome en cada línea.
Tengo la sensación de que 2021 marcará otro cambio, aunque sólo existe una manera de saberlo.

Recapitulando: