Ocho años determinantes

En unos meses, este blog cumplirá ocho años, aunque lleve unos cuantos más en el mundo de la escritura. No puedo evitar sonreír cuando miro hacia atrás, en el tiempo, en cómo ha cambiado todo.

Los relatos, los blogs, las reflexiones… Ocho años de momentos duros, de pequeñas victorias, de mañanas heladas, de horizontes por descubrir, de sueños y de esfuerzo diario.

No tengo tiempo para buscar entre los archivos de esta bitácora, pero estoy seguro de que encontraría la entrada en la que hablo de esto.

La determinación nos ha llevado hasta aquí, a mí y a todos los compañeros que hoy escriben y viven de la escritura cómodamente, sin importar el resto.

 

Habrá a quien le fastidie, pero ese no es nuestro problema. Nunca lo ha sido.
Sin embargo, quien tenga el deseo ardiente de meterse en estas aguas, sólo puedo decir que hoy hay más información que entonces, aunque no significa que sea más fácil.

He aprendido algunas desde que inauguré este dominio. Muchas han calado en mi escritura y muchas otras en mi forma de entender las cosas.

No me gusta dar consejos, así que no los daré, pero es importante dejar claro que, en estos círculos de letras, además de que debería importarte un carajo la opinión de aquel que no sea tu lector —incluida la de las editoriales—, aún queda gente decente y admirable.

Si quieres vivir de la escritura, escribe.
Experimenta, dedícate a quien te da su tiempo, su atención, algo tan valioso y limitado en este momento.

No hay secretos, ni los necesitas. Tampoco esperes el respaldo de grandes empresas. Los becerros de oro son cosa del pasado.

Hay pastel para todos.

Vive, disfruta y ponte a escribir.

 

Por cierto, este mes tienes dos de mis novelas más vendidas gratis en Amazon Prime: El misterio de la familia Fonseca y El secreto de la señora Avingon.